Dave The Rake's space

No angel born in hell could break that satan's spell (D. Mclean)

Soltando Lastre

La frase no es mía, si no de Loquillo: a fuerza de golpes me convertí en fajador; no espero a nadie, ya no espero a nadie. A veces –la gran mayoría de ellas- esta vida te enseña a palos, hasta que harto de ser saco, decides tratar de devolverle todas las hostias que puedas, o en su defecto, dárselas tú a otro. El caso es que a base de palos y de betadine en la espalda para curarte las puñaladas traperas acabas dándote cuenta poco a poco de qué es lo que te cuenta el cuento, y te vas reafirmando en una idea que poco a poco va germinando en tu cabeza: TÚ eres el único importante en tu historia, en este caso que me atañe, YO. Y es que llega un momento en el que  paro  y observo a mi alrededor las actitudes de aquellos a los que me cruzo y con los que me mezclo y me pregunto quién coño se ha creído la gente que soy, qué derecho se creen que tienen para juzgarme. Porque la mayoría de las veces veo sus pensamientos en sus miradas mientras posan sus ojos en mí. El desprecio, la superioridad, el asquito cuando me siento a su lado en el metro…ilusos. Me hace gracia ver cómo la gente me mira y se hace una idea de mi pelo largo, mi perilla, mis sempiternos vaqueros… ¿y ellos? ¿acaso no están la gran mayoría presos en los vaivenes de lo que se lleva, las modas, gastarse un pastón año a año en renovar el fondo de armario? El fondo de armario, valiente gilipollez, di más bien la excusa necesaria para esconder tu propia inseguridad y tratar de ser uno más dentro de la masa, sin definirte ni diferenciarte, no vaya a ser que alguien te mire como tú me miras a mi.

 

Porque luego en esas miradas puedes ver cómo te llaman inadaptado, o juzgan que te escondes en una imagen para reforzar tu debilidad; ¿Cuántas veces he aguantado a aquellos que bajo el argumento de autoridad de la supuesta confianza mutua te llegan y te empiezan con aquello de que si te escondes, que si huyes hacia delante, que si estás entregado a tu autocomplacencia? ¿Cuántas veces he aguantado ver como tratan de cambiarme aquellos que se creen que me conocen? Es irónico, si de verdad me conocieran sabrían que puedo ser más o menos dubitativo para según qué cuestiones, puedo ser inseguro a la hora de según que cosas, pero en aquello que es realmente importante, en lo que concierne a este que os habla, no puedo estar más seguro. Porque este de aquí soy yo, y yo no soy más que aquello que se puede ver, pese a quien pese; no escondo nada, voy a cara partida, diciendo lo que pienso, y quien quiera que lo escuche, y quien no que se vaya  a donde le dé la gana, pero que no se ponga en mi camino. Mis opiniones, mis actos, pueden resultar polémicos, porque muchas veces paso de la corrección política, y digo aquello que todo el mundo piensa pero que todos se avergüenzan de pensar. Pues yo soy YO, y mis actos, y mis ideas, y lo demás, me la bufa. Porque lo cierto es que me sobra el resto de la humanidad, me sobra todo aquello que traspasa los límites de mi dermis. Y aunque agradezco sinceramente el apoyo y la amistad de aquellos que me rodean para bien, si algún día he de verles partir, no moveré un dedo por retenerles. Durante mucho tiempo traté de no importunar a nadie, traté de caer bien y me esforcé en conseguir la aceptación del resto… todo para que la gran mayoría de las veces, me tocase quitarme otra puñalada de la espalda. ¿Ahora? No busco la confrontación, te respetaré mientras me respetes, pero me la suda que me dejes participar en tu orgía o no, tengo manos e imaginación, así que no te creas que voy a ir detrás tuyo para que me aceptes.

 

Y nada me va a cambiar; me llevaré mil hostias más, y las encajaré como las he encajado hasta ahora; podré doblar la rodilla cuando el golpe sea muy fuerte, podré desesperarme y pensar más de una vez que no merece la pena, que es más cómoda la posición de aquellos que se dejan llevar por la corriente o que van a rueda dentro del pelotón para no despeinarse el tupé ni mancharse la chaqueta; pero entonces veré que empieza el ascenso y que sólo la gloria espera al que salta del grupo y abre su propio camino para coronar la cima el primero desafiando a la soledad y a lo que se me ponga por delante. Porque la soledad siempre es relativa pues sólo necesitas estar en paz contigo mismo para saber que siempre te tendrás el respeto suficiente para no sentirte sólo. Mejor ser tú mismo que prostituirte por las palmadas y las sonrisas de quienes no dudarán en dejarte de lado cuando no te necesiten. Por lo tanto no me vuelvas a decir que doblan las campanas, si me lo dices es que no doblan ni por ti ni por mi.  

23 julio, 2007 Posted by | Desvarialia | Deja un comentario